Juego libre: la mejor oportunidad que podemos ofrecer a los niños

El juego ha de ser la principal actividad de un niño, y si puede ser en el medio natural y con otros niños, ¡mucho mejor!

Leí que los niños pasan más tiempo encerrados que los presos, y no le falta razón a esta afirmación. Pasan el día entre cuatro paredes: de casa a la escuela, muchas veces en coche o autobús, de la escuela a la piscina, al pabellón deportivo, a la academia de refuerzo o de inglés, al conservatorio de música… Dirigimos su tiempo al milímetro y esperamos que rindan de un modo aceptable. Tenemos muchas esperanzas puestas en ellos, les ofrecemos todo lo que nosotros no tuvimos, por lo que de alguna manera esperamos mejores resultados…¡Cuánta presión! ¿No? ¿Qué ha pasado para que la generación de niños mueble críe ahora niños altar?

Las ciudades ofrecen espacios de juego cada vez más sintéticos, con parques forrados de goma que cumplen con la normativa de seguridad, con árboles y zonas de hierba que no es posible trepar o pisar. Poco a poco nos vamos desconectando de la naturaleza y nos situamos en el control, el miedo y la optimización máxima del tiempo.
Ahora que llega el verano y tenemos que organizarnos te pido que por unos segundos cierres los ojos e intenta recordar cómo eran tus vacaciones de verano. ¿Qué es lo que más te gustaba? ¿Qué recuerdas con más cariño? ¿Alguna vez te preguntaron acerca de tus gustos o preferencias? ¿Te hubiera gustado?

La conciliación familiar nos obliga a ocupar el tiempo de nuestros niños con actividades organizadas, pero no debemos olvidar que el mejor regalo que les podemos dar es la oportunidad de juego libre. Es un método infalible y placentero de potenciar la creatividad, la inteligencia, la imaginación, la curiosidad, la capacidad de resolver problemas, la tolerancia a la frustración, la atención, la constancia, el compromiso con los demás…

“El verano es un tiempo privilegiado para la familia. Hemos de dejar de obsesionarnos con la dimensión cognitiva del alumno e invertir tiempo en hacer que los niños se sientan amados incondicionalmente”, Catherine L´Ecuyer.

9 pautas para disfrutar el verano con los niños y favorecer su desarrollo

Desde MIMAPA – Centro de Psiquiatría y Psicología os proponemos otro tipo de tareas para estas vacaciones:

• Conecta con la naturaleza: deja las tecnologías a un lado durante las vacaciones o dosifica su uso -aquí también estamos incluidos los adultos-, y pasa tu tiempo al aire libre, en el medio natural.
• Favorece la existencia de momentos de silencio y aburrimiento. Ambos son grandes motores para la creatividad.
• La autonomía y responsabilidad es un camino que se enseña poco a poco. La sobreprotección infantil lleva a la desprotección. Permite que tus hijos asuman tareas y tomen decisiones acordes a su edad, como decidir qué campamento, qué ropa ponerse, hacer tareas de la casa…
• Escucha sus demandas, solo así sabrás y sabrá lo que le gusta, lo que no le gusta y lo que necesita. “No le pongas la chaqueta porque tú tengas frío”.
• Diviértete con tus hijos, déjate llevar por lo mágico de las actividades lúdicas y su capacidad de crear vínculos y conocerse. No eres el monitor, disfruta con ellos y permitiros expresar las emociones.
• Trabaja la presencia: si paseas por la playa, pasea por la playa, si comes come, si ríes, ríe…que no te pasen las vacaciones pensando en el ayer o en el mañana.
• Practica la gratitud, hacia los demás pero sobre todo hacia ti mismo.
• Intenta que exista coherencia entre lo que dices, lo que haces y lo que sientes.
• Saborea este verano, porque cada momento es único e irrepetible.

“Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”, Confucio

Olalla Fernández

Terapeuta

MIMAPA – Centro de Psiquiatría y Psicología