Terapia del Amor
La Terapia Focalizada en las Emociones es una Terapia del Amor basada en la Teoría del Apego de Bowlby. El objetivo es ayudar a las parejas a construir entre ellos una relación de amor.
El amor, fácil y difícil. Lo hace fácil sentirse seguro en la relación. La seguridad no es responsabilidad de uno. La seguridad es algo a construir entre los dos. La seguridad la sentimos con el otro y en nosotros mismos, gracias también al otro. Si no la sentimos así, el amor no es fácil, se hace muy difícil. Si la sentimos así, el amor es fácil, porque con seguridad sentida nos damos permiso para ser vulnerables con el otro. Porque con seguridad nos damos permiso para arriesgar, para explorar, para jugar…
Algunas pinceladas que explican el proceso de la Terapia Focalizada en la Emociones
Quiero explicar brevemente dos de las intervenciones básicas de este modelo de terapia que hacen que sea tan eficaz en el logro de cambios significativos en el funcionamiento de las parejas.
- La validación con encuadre de apego es, diría yo, la pócima mágica del cambio. Y como toda buena pócima conlleva detrás mucha pericia, finura, delicadeza…
Al terapeuta no siempre le resulta fácil. Necesita practicar, esforzarse y a la vez validarse para poder hacerlo desde esa calma que nos da el sentirnos seguros. Desde ahí podemos conseguir el propósito de que la persona se sienta realmente sentida en la validación.
Cuando validamos dejamos de juzgar. Aceptamos al otro con sus vulnerabilidades. Comprendemos y sintonizamos emocionalmente con lo que le pasa al otro. Y, lo mejor, el otro, cuando es validado, se siente sentido.
Cuando la validación se hace con encuadre de apego, no sólo sintonizamos con lo que siente, sino que, además, lo entendemos en el marco de sus necesidades de apego no satisfechas.
“Entiendo que estés triste. Porque la tristeza tiene mucho sentido cuando uno se siente tan solo. Y es así como tú te sientes cuando no ven tu esfuerzo. Te sientes tan solo, y eso genera mucha tristeza en ti. Entiendo que estés triste.”
Con la validación, los miembros de la pareja empiezan a sentirse de otra manera, básicamente seguros, porque no hay nada de malo en como actúan. No actúan así porque sean malos. Actúan así porque tienen miedo. El miedo a la ruptura del vínculo de apego. Que es el miedo del niño cuando no encuentra la respuesta protectora y segura de su figura de apego. Entonces el niño protesta o se hace invisible o se pone el traje de autosuficiente, de no necesito. Y empieza el adulto a entender que lo que hace con su pareja tiene mucho que ver con el miedo de ese niño. Que curiosamente, es el mismo miedo y son las mismas reacciones emocionales y tendencias de acción, que llevan ahí “desde siempre”, y no las conocía. Pensaba que si actuaba así, era porque algo iba mal en su interior.
Validamos continuamente los terapeutas de la Terapia Focalizada en las Emociones, y con nuestra forma de hacer modelamos la forma de hacer, la forma de estar en la pareja. Ellos aprenden a validarse a sí mismos y al otro, a entender y sintonizar con sus emociones más vulnerables. Dejan de juzgar y juzgarse de esa forma tan negativa que les lleva a alejarse del otro. Cuando eso ocurre empiezan a ser capaces de ver el interior del otro (dolor, miedo a la ruptura, a la soledad, al rechazo…), no sólo la reacción externa (rabia, alejamiento…). Y también empiezan a verse en su reacción externa (protesta, enfado, bloqueo…), no sólo en su dolor por lo que el otro hace (miedo de nuevo, dolor, tristeza de soledad…). Y comienzan a tomar conciencia de cómo su reacción de alguna manera provoca en el otro aquello que se quiere evitar.
- La otra herramienta poderosa de este modelo es la recreación.
Sólo en ese contexto de seguridad que se va creando, los miembros de la pareja son capaces de hacer recreaciones (puestas en escena) cada vez más profundas donde se arriesgan a hablar de sentimientos, de necesidades… En ese momento son más conscientes de que haga o no la cama no es lo importante, lo que realmente importa es que se empiezan a ver, empiezan a ser ellos mismos, comienzan a sentirse sentidos, a sentirse entendidos…
Es durante las recreaciones y el procesamiento de las mismas, donde vemos en vivo y en directo las transformaciones en la pareja. Empiezan a experimentar la relación de amor de la que han estado tan alejados y, cuando eso ocurre, es difícil que quieran perderlo. Ahora empiezan a ser mucho más consciente de lo que significa la relación para cada uno de ellos, de cómo les enriquece. Y se percatan de que además se conocen ahora mucho más (a ellos mismos y al otro), porque han podido acceder sin miedo a sus propias vulnerabilidades. Y no lo han hecho en soledad, sino con la ayuda de su pareja.
Terapia Focalizada en las emociones: de vínculo inseguro a relación de apego segura
Cuando conseguimos esas transformaciones en la relación de pareja, deja de ser un vínculo inseguro para ser una relación de apego segura, y ello produce a su vez cambios significativos en el Modelo Operativo Interno (MOI) de cada uno: “me siento querible, válido, suficientemente bueno para el otro y confío en el otro, no temo el abandono ni el rechazo, me siento seguro en una relación de sana dependencia donde siento que se valora y respeta mi autonomía.”
El Modelo Operativo Interno, del que comienza a hablar Bowlby, se va generando primero en la interacción con nuestras figuras de apego principales en los primeros años de vida, y puede ir modificándose con las sucesivas relaciones significativas a lo largo del ciclo vital. El MOI de cada uno define el cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo vemos a los demás y cómo vemos las relaciones. Si yo me siento más o menos válido, querible, digno de amor…está grabado en nuestro MOI. Si los demás son confiables, me van a rechazar o aceptar, me van o no a abandonar…también tiene que ver con el MOI. Que anhelemos o rechacemos las relaciones íntimas, que nos aferremos al otro o nos distanciemos…también.
Por ello, esta terapia no sólo produce transformaciones en la relación, sino y sobre todo, en cada uno de los miembros de la relación. Cambia la relación y cambia a las personas.
Dra. Mercedes Fernández Valencia
Psiquiatra y Psicoterapeuta
MIMAPA – Centro de Psiquiatría y Psicología